4 razones reales para dejar Windows y pasarse a Linux

Por EducaciónIT
- 29/05/2017
3 minutos de lectura

El último ataque de Ransomware dejó al descubierto las vulnerabilidades del sistema operativo desarrollado por Microsoft. Tal vez sea el momento de pasarse a uno de código abierto con el objetivo de cuidar la seguridad de nuestros datos.

 

 

Más del 91% de las computadoras desktop hogareñas o de oficina que se utilizan en todo el planeta utilizan alguna versión del sistema operativo Windows (según datos actualizados al mes pasado, acá), así que por ahora el monopolio de Microsoft en este rubro parece asegurado, más allá de la popularidad de las Mac en algunos círculos.

 

Sin embargo, hay vida por fuera de Windows 7, 8 y 10 (los más populares de la actualidad), algo importante cuando uno considera que el mayor ataque de ransomware de la historia –que tuvo lugar hace casi dos semanas-, comenzó por una falla de seguridad en el sistema operativo de la ventanita.

 

Para evitar estos problemas es posible pegar un golpe de timón e instalar algunas de las tantas versiones de Linux que existen. Se trata de distintos sistemas operativos (SO) basados, principalmente, en tres distribuciones distintas, ArchLinux, Debian y Ubuntu (cada una de estas posee, a su vez, de distintos "sabores", o versiones ligeramente diferentes).

 

Razón número 1: no hace falta desinstalar Windows o MacOS para probar alguna distribución de Linux 

 

Ubuntu o la "distro" que elijas puede ejecutarse sin inconvenientes en sistemas con doble arranque o, directamente, desde un pendrive USB. Para hacerlo hay que seguir las instrucciones que aparecen en la página de Ubuntu (y que sirven para la mayoría de las distribuciones).

 

Lo bueno de esta última posibilidad es que no tocas el SO principal, pero esto tiene un costado negativo: la usabilidad es limitada porque se complica la instalación de aplicaciones. Pero, seguro, para probar el sistema antes de tirarse a la pileta sirve.

 

Razón número 2: es gratis 

 

No hace falta comprar una licencia o paquete especial para que una distro de Linux funcione en tu equipo: todo el software y los programas libres están incluídos. Windows, aunque a veces uno no se dé cuenta (porque viene instalado).

 

De hecho, las nuevas computadoras vienen con una licencia del paquete Office limitada a un año y después hay que pagar (o bajar LibreOffice, una versión del popular paquete de Microsoft pero libre).

 

DATO: Para noviembre de 2016, 498 de las 500 supercomputadoras que existen en todo el mundo corren con Linux (las otras dos utilizan AIX, un sistema operativo propietario que utiliza hardware IBM). 

 

Razón número 3: existen versiones de todos los programas que utilizas todos los días 

 

Linux trae el navegador Firefox para navegar la web, la mayoría incluye Thunderbird para gestionar mails y el ya mencionado LibreOffice para trabajar con documentos, presentaciones y planillas de cálculo.

 

Además existen aplicaciones open source que reemplazan al Photoshop (GIMP), Outlook (Evolution) y para reproducir multimedia (VLC o Kodi). Otras aplicaciones conocidas para el entorno Linux son Google Chrome, Slack, Dropbox, Skype, Twitter y Spotify.

 

Como si esto fuera poco, muchas de nuestras aplicaciones favoritas pueden ejecutarse en el navegador, desde Office hasta Google Play Music. Y si realmente necesitas un programa del entorno Windows, existe Wine, un emulador del SO de la ventanita.

 

Razón número 4: la seguridad 

 

En primer lugar, como pocos usuarios utilizan Linux como SO (2,09%, según NetMarketShare), pocos hackers buscan explotar posibles vulnerabilidades del sistema. Pero, más allá de los porcentajes, Linux de por si es muy seguro porque desde el principio se diseñó para que lo sea (por ejemplo: los privilegios de acceso que se dan por default a los usuarios –hay que aprobar con la clave personal cualquier instalación o actualización-).

 

Por supuesto, Linux puede colgarse como cualquier otro SO y también tiene vulnerabilidades, pero la vedad es que pocos malwares son compatible con él y, en todo caso, el daño que podrían producir sería más limitado. Y, además, no tiene los problemas de bloatware (aplicaciones instaladas y que usan recursos pero que no utilizamos) de Windows.

 

 

 

 

Fuente: http://www.infotechnology.com/

 

Categoría
Artículo escrito por: EducaciónIT

Deja un comentario