El smartphone de Apple de 2022 podría usar un sistema de calado en la pantalla integrar la cámara frontal y los sensores de FaceID dentro del del equipo
omo viene sucediendo desde su nacimiento, los meses previos a la presentación de un nuevo iPhone arrecian los rumores y las filtraciones, adelantando qué incluirá el nuevo modelo. Una fuente de datos es la enorme cadena de proveedores de componentes o creadores de accesorios, que no suelen tener el mismo afán por el secreto que la propia Apple, y terminan revelando qué aspecto tendrá cada nuevo dispositivo. En este caso le tocó al iPhone 14, con un dato que confirma un rumor que ya tiene más de medio año, y que apunta a un cambio en el frente del teléfono.
Así, se estima que la próxima familia de smartphones de Apple tendrá un cambio en el aspecto frontal de teléfono, el mayor desde el iPhone X de 2017, cuando debutó la muesca (o notch, en inglés) en el borde superior de la pantalla. Esa pestaña sin pantalla tenía un sentido: dejar lugar para los elementos que dan vida a Face ID, el sistema de identificación biométrica facial de Apple.
Desde el lado de Android la respuesta fue, primero, una muesca similar, pero mínima -solo para la cámara frontal-, también llamada gota, a veces en el centro del borde superior de la pantalla, o en un ángulo; luego llegaron las pantallas perforadas (donde el agujero de la cámara está rodeado de pixeles activos, lo que hace que pase más desapercibida cuando no se usa) y las que ocultan la cámara detrás del panel del teléfono, lo que las hace invisibles.
Apple no ha ido tan adelante, pero en la generación del iPhone 14, que llegará en septiembre próximo, según revelan imágenes de los vidrios protectores frontales publicadas en el foro chino Weibo, habrá dos diseños conviviendo, una decisión de Apple que ha sido confirmada por otros expertos en el tema.
Así, según las imágenes difundidas, habrá dos modelos que mantendrán el diseño clásico de la muesca (el iPhone 14 y el iPhone 14 Max), mientras que otros dos modelos (el iPhone 14 Pro y el iPhone 14 Pro Max) irán por un diseño con la pantalla calada para dejar lugar a la cámara frontal y al sistema de Face ID, que ocupará una zona rectangular con bordes redondeados, como la silueta de la pastilla de un remedio; es similar a la que usó Samsung en el Galaxy S10+ en 2019.
Lo que las imágenes revelan, también, es que los teléfonos tienen una relación de aspecto (la relación entre el alto y el ancho) levemente diferente a los modelos previos: los modelos Pro de 6,1 y 6,7 pulgadas tienen marcos apenas más angostos que los otros dos modelos, lo que les permite un formato más alargado; del 19,5:9 del iPhone 13 al 20:9 de estos modelos (a propósito, 20:9 es un formato bastante usado por Motorola, lo que le permite teléfonos con pantallas grandes pero que al ser relativamente más angostos van muy cómodos en la mano). El cambio en la relación sería para acomodar el recorte de la cámara y Face ID sin que interfiera en el uso convencional de las aplicaciones.
El otro gran cambio estaría en la desaparición del modelo mini, que debutó en 2020 recuperando un tamaño más compacto para el iPhone, que pedían muchos usuarios, con una pantalla de 5,4 pulgadas; pero tanto el iPhone 12 mini como el iPhone 13 mini representaron solo el 5% de las ventas de sus respectivas generaciones, lo que lleva a muchos analistas a augurar su desaparición, o su transición al próximo iPhone SE. Este modelo es igualmente compacto, todavía mantiene el diseño previo al iPhone X del teléfono (con el botón de Touch ID), y podría beneficiarse de una actualización de diseño. En términos de hardware, el iPhone SE 5G de 2021 no tiene nada que envidiarle a sus primos.
Que la filtración de los diseños para las pantallas y los moldes para otros componentes -como las cámaras traseras- del iPhone 14 no incluyan un modelo pequeño avalan esta teoría. En unos meses tendremos la certeza.
Fuente: La Nación