HONOR vuelve a superarse con un nuevo móvil inspirado en la década que lo cambió todo: una revolución cultural en la que la tecnología dejó de ser un invento de la ciencia ficción, para formar parte de una cotidianidad plagada de optimismo, estilismos excesivos y noches disco. Todo ello, en un 'smartphone' de líneas atractivas, tecnología de última generación y un sistema de cámaras cinematográficas para conquistar a las generaciones futuras.
Decía Paul Thomas Anderson, a raíz del estreno de esa oda al amor y la inocencia que es Licorice Pizza, que nos gusta revisitar aquellos momentos en los que sentíamos que todo era más inocente y sencillo. «La nostalgia es el sentimiento que nos permite olvidar las dificultades», aseguraba el director, que hizo de los setenta un lugar para quedarse a vivir repleto de estilismos excesivos, bailes desenfrenados y personajes excéntricos y soñadores. Porque aquella década prodigiosa e iconoclasta, en la que todo parecía posible, continúa inspirándonos. En especial, a la generación Z, que ha convertido TikTok en una máquina del tiempo con la que revisitar y recuperar lo mejor de cada época.
Entre esos dos mundos transita HONOR 70, el nuevo smartphone de la marca internacional, con un diseño rupturista, vibrante y finísimo que rinde cuentas con el pasado para conectar con las futuras generaciones. En aquellos años la tecnología dejó de ser un sueño futurista para convertirse en algo posible, tangible. Junto a esos primeros walkman y relojes digitales que elevarían los estilismos cotidianos, aparecieron también los primeros prototipos de móviles y ordenadores. Ahora pueden parecernos modelos un tanto rudimentarios y contundentes, pero defendían, al igual que ha hecho HONOR desde su aterrizaje, la importancia del diseño y la democratización de la tecnología.
Epítome de esta revolución cultural, HONOR 70 sería el smartphone con el que Ziggy Stardust, el álter ego alienígena de David Bowie, aterrizaría en la tierra; o el que colarían las estrellas de los setenta en el mítico Studio 54 para capturar sus desenfrenadas fiestas. No hay duda de que su batería de 4800 mAh6, con una carga realmente rápida –bastan 20 minutos para alcanzar el 60 %–, les seguiría su frenético ritmo. También el nuestro, si tenemos en cuenta que de media pasamos casi cuatro horas diarias con el teléfono en la mano.
De proporciones simétricas y esquinas redondeadas –características que permiten manejarlo con una sola mano–, el diseño icónico de este smartphone recupera la filosofía posmodernista que impulsaron Robert Venturi y su esposa Denise Scott en los setenta bajo el fabuloso lema «less is a bore» («menos es aburrido»). Una forma de rebelarse contra la austeridad y la funcionalidad de la época para dotar, incluso a las construcciones aparentemente sencillas, de una gracia y simbolismo particular. Ejemplo de ello son los tres colores en los que está disponible el nuevo HONOR 70: Black, Emerald green y un destellante Cristal silver que evoca esas inolvidables noches bajo las luces alucinadas de las bolas de discoteca, una pista de baile en la que los vestidos y monos lamé brillaban con luz propia a ritmo de Stayin’ alive.
Si en los setenta empezaron a comercializarse los primeros televisores en color, –el blanco y negro se quedaba corto para reflejar el espíritu optimista y lisérgico que teñía la moda–, este smartphone responde ahora a las necesidades de una era que rinde culto a la imagen. Su pantalla infinita de 6,67 pulgadas y alta resolución, con una explosión de 1.07 billones de colores y 4096 niveles de brillo, nos sumerge en una nueva experiencia audiovisual, inmersiva y auténtica, perfecta para un maratón nostálgico de La fuga de Logan o La mujer biónica.
El otro gran atractivo de HONOR 70 es su sistema de cámara triple, con una cámara de profundidad de 2 metros, el sensor Sony IMX800 de 54 megapíxeles y una lente ultra angular de 50 megapíxeles a la que no se le escapa el mínimo detalle, creando imágenes de alta definición y una grabación de nivel cinematográfico. Para alcanzar los 15 minutos de fama que nos prometió Warhol, y hacerlo con nuestra mejor cara, también cuenta con una cámara Super Selfie de 32 megapíxeles y Efecto Dual de belleza. Funcionalidades de edición, como el modo Solo Cut, que facilitan el proceso de postproducción y nos permiten crear piezas experimentales dignas de la Factory. Porque cada época necesita un testigo que la registre para la posteridad.
Fuente: El País
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