Te compartimos una serie de simples hábitos para mantener tus cuentas a salvo de estafas y hackeos.
Las redes sociales forman parte de nuestra vida diaria. Publicamos fotos, compartimos opiniones, seguimos a nuestros ídolos y nos conectamos con amigos, familiares y colegas.
Pero esa presencia constante también implica una exposición permanente: cada “me gusta”, cada publicación, cada dato que compartimos, puede convertirse en una puerta abierta para el robo de identidad, el fraude o el acoso digital.
Por ese motivo, es fundamental adoptar hábitos de ciberseguridad básicos que protejan nuestra privacidad y reduzcan las chances de que nuestros datos caigan en manos de ciberdelincuentes.
Especialistas de ESET compartieron las 10 reglas fundamentales que todo usuario debería seguir para usar redes sociales de forma segura.
Compartir demasiado puede salir caro. Fotos, ubicaciones, datos personales o incluso rutinas diarias pueden ser utilizados por ciberdelincuentes para suplantar tu identidad o planear una estafa. Cuanto menos detalles entregues, más difícil será que te conviertas en un blanco.
Revisar quién puede ver tus publicaciones es clave. Muchas plataformas permiten restringir el acceso a tus datos y controlar quién puede contactarte o etiquetarte. No dejes todo en “modo público” por defecto. Incluso lo que parece inofensivo, como tu fecha de nacimiento o lugar de trabajo, puede ser usado en tu contra.
Aceptar solicitudes de amistad o mensajes privados de personas que no conocés puede abrir la puerta a estafas, fraudes o acoso. Si no tenés un vínculo claro, mejor ignorar o bloquear. La desconfianza digital es una forma saludable de protegerse.
Uno de los métodos más usados por los estafadores es enviar enlaces falsos a través de mensajes directos o publicaciones tentadoras. Si recibís un link que promete premios, sorteos o beneficios increíbles, desconfiá. Un click puede llevarte a sitios maliciosos o instalar malware sin que lo notes.
Evitá las combinaciones obvias como 123456, el nombre tu mascota o tu equipo de fútbol. Lo ideal: una contraseña larga, con letras, números y símbolos, distinta para cada cuenta. Y si no querés memorizarlas todas, un gestor de contraseñas es tu mejor aliado.
Hoy casi todas las redes permiten habilitar una doble capa de seguridad: el doble factor de autenticación, un segundo código que se envía por mensaje o a través de una app. Esto dificulta mucho que un tercero acceda a tu cuenta, incluso si logra robar tus contraseñas.
Las conexiones abiertas pueden ser fácilmente interceptadas. Si necesitás conectarte desde una red pública, evitá ingresar datos sensibles y considerá usar una VPN, que cifra tu tráfico y protege tu información.
Guardá tus fotos, mensajes o información importante fuera de las redes. En caso de que pierdas acceso a tu cuenta o sufras un ataque, tener un backup puede ayudarte a recuperar archivos valiosos.
Plataformas que ya no usás todavía tienen tus datos. En muchos casos, principalmente en sitios viejos sin actualizaciones, esto es un riesgo. El consejo es cerrar cuentas y perfiles en desuso para reducir huella digital y así eliminar posibles accesos a información que no controlás.
Contar con un buen antivirus o una suite de seguridad digital es una barrera clave contra virus, estafas por phishing y otras amenazas. Algunas incluso permiten borrar tus datos de forma remota si perdés el celular o sufrís un robo.
Aprende los fundamentos y técnicas especializadas para proteger los activos del mundo digital. Conviértete en experto en el campo de la seguridad informática.
Aprende las habilidades claves para prevenir ataques y vulnerar la seguridad en dispositivos y aplicaciones móviles.
Domina las nuevas tecnologías y herramientas en protección de datos personales.
Aprende los últimos aspectos del derecho penal sobre regulación y desafíos.
¿No encuentras el curso que buscas? Te asesoramos 100% gratis